Entrevista a Guillermo Estévez Boero a 25 años de la
fundación del Partido Socialista Popular
Publicación “VALOR HUMANO” (AÑO 1997) - PSP Ciudad de Buenos Aires
¿Cómo nace el PSP?
A pesar de los esfuerzos organizativos y de los aportes
teóricos realizados por Juan B. Justo, el accionar de los socialistas en
nuestro país no pudo sobrepasar la barrera de las reivindicaciones sociales. En
este campo su obra fue trascendente y engrandecida a partir de 1904, con el
aporte de Palacios, quien comenzó la construcción de aquel nuevo derecho que se
constituyó en el derecho del trabajador.
Pero este avance social careció de un proyecto nacional
empujado por el socialismo, que no pudo superar las consecuencias y los efectos
de esa ausencia. Es así que amplias capas de trabajadores que habían adherido
con el andar del tiempo al ideario socialista y a otros idearios de izquierda,
como el anarquismo o el comunismo, se incorporan al movimiento justicialista.
Esta fuerza propone un proyecto nacional, que abarca también la generalización
para todos los trabajadores en relación de dependencia -con excepción de lo
trabajadores rurales y domésticos- de las más amplias reivindicaciones logradas
por el quehacer de los socialistas. Estas grandes capas de la clase trabajadora
se incorporan al movimiento justicialista y de allí en más, día a día pareció
ensancharse esta brecha entre una concepción global de la Nación y las
reivindicaciones sociales por un lado y el reclamo de las libertades
democráticas por el otro, que personalizaron los socialistas. La generación
fundacional del PSP llega a la juventud viendo transitar por una vereda las
ideas socialistas y por otra vereda al grueso de la clase trabajadora. Para
superar esa situación elabora la posibilidad de tener un proyecto nacional
desde el socialismo, abarcativo de los intereses y de las aspiraciones de la
amplia mayoría de los argentinos.
Esta misma realidad había creado ya con anterioridad una
profunda división en el viejo PS que se había constituido en 1896. El fenómeno
peronista determinaba diversas interpretaciones frente al mismo y también
diversas tácticas frente a él, lógicamente ninguna de apoyo pero sí muy
diferenciadas en cuanto al contenido. Este cuerpo de disidencias que se venía
generando, al cual se le venían agregando también, como siempre, elementos de
fondo, coyunturales, personales, hizo su explosión en el Congreso que se
celebra en Rosario en 1958, que da lugar a la existencia de dos agrupaciones
socialistas: el Socialismo Democrático y el Socialismo Argentino, contando este
último entre sus referentes a Palacios, Alicia Moreau de Justo, y los primeros,
Nicolás Repetto, Américo Ghioldi. Esta división que también se profundiza en
base a las diversas valoraciones que hacen ambas fuerzas frente a la revolución
cubana del 60, debilita profundamente a esta fuerza política y posibilita que
el sector más antiperonista en la conducción del socialismo democrático
expresara a su aversión al régimen de Isabel Perón, adhiriendo
inexplicablemente al proceso militar de 1976. Pocos años antes se había creado
el PSP como resultado de una fusión entre el Socialismo Argentino, el
Movimiento de Acción Popular Argentino, el grupo Evolución y Militancia
Popular, con las inquietudes y los objetivos que habíamos señalado.
¿Qué objetivos reivindica el PSP?
Enlazar dos cuestiones que han sido analizadas
reiteradamente desde la aparición del socialismo científico. Enlazar lo que se
ha denominado en el campo de la teoría, la cuestión nacional con la cuestión
social. Tomando la referencia más cercana en el tiempo y en la geografía con
José Carlos Mariátegui, en base a la importancia que tenía el concepto nación,
en los países de la periferia como la América Latina que sufría, la dependencia de los
centros coloniales o imperiales. En consecuencia, el concepto “nación”
expresado como soberanía e independencia nacional, como liberación nacional
como se lo fue denominando con posterioridad, tenía un innegable contenido
revolucionario en nuestra latitudes y se había llegado a asumir que en las naciones
dependientes o coloniales, o colonizadas mejor dicho, no es dable la existencia
ni de la justicia social, ni de la salud, ni de la educación para los sectores
sociales más necesitados, para los trabajadores, para los campesinos. En
consecuencia, el camino pasaba por entrelazar la cuestión de la independencia
nacional y la cuestión de la justicia social.
Este fue todo el derrotero, la reivindicación de las fechas
nacionales, de las comidas nacionales, de la música nacional. Quizás parezca
simple, quizás parezcan aspectos anecdóticos desprovistos de raíces, pero el
respaldo que ha recibido de parte de gran cantidad de jóvenes demuestra que
aunque sea en forma primaria, es una respuesta que se da a esa gran crisis de
identidad que sufría el país y que hoy se ha agravado aún más.
Balance de 25 años del PSP
Se avanzó ciertamente en la dirección fijada en su
construcción. Por ejemplo, el partido tuvo un desarrollo geográfico de alcance
nacional, cosa que es innegable, y en los principales distritos, tuvo significativo
desarrollo, particularmente, en la provincia de Santa Fe, donde en tres
oportunidades consecutivas obtuvo la intendencia de la Ciudad de Rosario. Para el
partido significó la necesidad de fusionar una vez más lo que se dice, lo que
se postula, con la realidad. La administración y el gobierno de una ciudad de
más de un millón de habitantes tiene problemas muy concretos a los cuales es
necesario abordar, y es necesario abordarlos con una dosis de principios
socialistas dentro de una realidad que nosotros integramos pero que no
determinamos, porque siempre nos ha tocado con un gobierno provincial y un
gobierno nacional representativo de un régimen con un contenido programático
neoliberal y retrógrado que todos conocemos. Entonces realmente sobreexistir y
mantener la comunicación con la gente es una tarea ímproba que podemos decir la
hemos desarrollado en forma satisfactoria, sin que esto signifique la
inexistencia de errores, ni que esto signifique que no se pueda hacer de mejor
forma. Pero el saldo ha sido indudablemente positivo. Por otra parte se ha
mantenido una existencia importante en el seno de la juventud universitaria.
Después de esta asunción de realidades, tanto en estos gobiernos ejecutivos,
como en los parlamentos nacionales, y en algunas provincias, que demandó
energías y sacrificios en importantes concejos y cuerpos deliberativos, como el
Concejo Deliberante de la
Ciudad de Buenos Aires, después de esto, habiendo asimilado
esta nueva realidad, podemos decir que vivimos en el partido una nueva marcha
hacia la organización y capacitación.
Tuvimos en estos 25 años experiencias de diversos tipos, de
cosas muy agradables y muy desagradables, pero siempre ratificando nuestra
confianza en dos bases insustituibles para la concreción de una realidad: la
moral o la ética y la capacidad.
En un mundo donde cada día es un lugar más común el
determinar que el futuro de los países, de las naciones y las regiones depende
de la capacidad, del desarrollo científico y tecnológico, resulta absolutamente
incoherente pensar que un partido puede ir adelante como herramienta
constructora de un cambio positivo, sin tener un eje central de su quehacer en
la capacitación. Si los países sin capacitación y sin acumulación de
conocimiento tienen perspectivas muy difíciles e inciertas, las mismas reglas
caben para el partido.
¿Aciertos y errores?
La época de los aciertos y mayor avance está determinada
cuando existe una mayor unificación de la posición, cuando existe la mayor
coincidencia de una interpretación del país. Una multiplicación de coyunturales
locales, exigiría una multiplicación acorde de energías para dedicarles a las
coyunturas locales y a la cosa nacional. Como esta multiplicación de energía no
se ha hecho muchas veces, se han vivido etapas de dispersión de la decisión
política, y a veces la tendencia de mirar el panorama nacional, el aspecto
central de una cuestión, en base a cómo miramos una cuestión regional, parcial
o aspectos secundarios de la cuestión. Y si no se canaliza un participación
orgánica, periódica y responsable de todas las regiones y de todos los frentes
de toda la problemática nacional, evidentemente el avance de la organización se
frena y sus características de propuestas se esfuman, porque hay una gran parte
de los integrantes que están sobreponiendo una visión parcial a la nacional.
Esto no quiere negar la existencia de visiones parciales, lo que pasa es que
tenemos que acondicionar las visiones parciales a una visión principal.
De lo contrario nos quedamos sin visión conceptual global de
la nación, lo que le sucede a las fuerzas políticas tradicionales, y que ha
sido en el pasado nuestro distingo, este distingo lo perdemos en la medida que
tampoco jerarquizamos la discusión central de una actitud frente a la realidad
de nuestro país, frente a los aspectos parciales, regionales o lugareños.
Es una realidad que está viva ahora, yo no diría que hoy
esté primando, yo creo que hay un gran esfuerzo de los integrantes del partido
para que vuelva a primar lo central, pero hoy están conviviendo las dos
realidades.
¿Cómo definirías lo central hoy?
Lo central hoy para nosotros es la derrota política del
modelo; es un régimen falaz y descreído que ha montado un modelo que es no
solamente -lo cual ya sería suficiente- inmoral, sino que es un modelo que
indefectiblemente produce disociación, marginalidad, que está lanzando a miles
de jóvenes a la prostitución, a miles de jóvenes a la violencia, a miles de
familias a la desintegración y a una sociedad hacia el narcotráfico, hacia la
droga.
Este modelo es incompatible con la vigencia de un estado de
derecho, con la vigencia de las garantías individuales que fija la Constitución para
todos los habitantes, este modelo debe ser derrotado electoralmente,
políticamente, antes de que se afiance más, antes de que se desarrolle más.
Entonces la propuesta del partido va en ese sentido cuando
sigue planteando una necesaria alianza nacional contra el modelo. Si esto no
sucede, el partido seguirá peleando por la concertación, por la suma, como lo
hizo siempre históricamente, planteando bajo la dictadura militar el frente del
pueblo, alianza con las mayorías nacionales, como planteamos ahora la alianza
de oposición al modelo que pueden integrar justicialistas que hayan rechazado
el modelo, que renieguen de este modelo inmoral, como radicales que rechacen la
concepción de que el radicalismo sea la garantía de la gobernabilidad por parte
del modelo. Seguiremos luchando por esa comprensión, por esa suma, que será
cada vez más difícil, cada vez más compleja pero no por ello dejará de ser el
único camino apto para derrotar políticamente al modelo.
¿Por qué el socialismo? La razón de ser del socialismo es la
sensibilidad ante la injusticia que produce y multiplica un sistema. Entonces
los hombres piensan en la construcción de otro sistema, de otro modelo que produzca
menor cantidad de injusticia o injusticias no tan grandes si pensamos que es
muy difícil llegar a una sociedad absolutamente perfecta. Y esto es una
cuestión de vocación, de sensibilidad, hay gente, mujeres y hombres, jóvenes,
viejos que creen necesario trabajar para el advenimiento de un tiempo
diferente, un tiempo mejor; otros creen que lo que hay es lo mejor posible, por
lo tanto hay que vivir con tranquilidad el presente, sin intranquilizarse por
la construcción de un futuro diferente para nuestros hijos. Hay quienes tenemos
una lectura diferente de lo que va a pasar en el futuro si esto no se cambia,
que va a ser una Colombia argentina, con un tremendo desarrollo del narcotráfico,
y con una tremenda inseguridad que es la inexistencia de la ley y la justicia
para gran parte de la población y en grandes espacios territoriales.
Entonces, si tenemos esta visión de la realidad y a la vez
una vocación socialista en la construcción de un mundo menos injusto, más
solidario, evidentemente tenemos sobrados motivos para militar en el socialismo
popular.
El caso Cabezas; la destrucción de las pruebas, que es la
reiteración agigantada del caso María Soledad de Catamarca, el caso Yabrán, más
de 100 diputados escuchando a un empresario sospechado de mafioso, son
espectáculos que no condicen con una sociedad organizada institucionalmente
desde el punto de vista republicano y democrático.
Pero siempre nos asalta una duda: los descubrimientos de las
diversas autorías y protagonismos en el asesinato de Cabezas que se hacen con
una participación constante del gobierno de la provincia, este supuesto avance
de las investigaciones ¿se hubiese producido en un año electoral donde no estuviese
en suerte el futuro electoral del gobierno de la provincia?. Entonces, esto
pone de relieve el nivel y la profundidad, en cantidad y calidad, de la
degradación que impulsa y desarrolla el modelo día a día en nuestro país.
Creo que lo importante es pelear, capacitarse, que es lo que
le da un sentido a la vida. Nosotros tenemos un gran ejemplo que fue la vida de
Alicia Moreau de Justo. Una vida plena de sentido y plena de trascendencia,
porque en cada momento le dedicó a lo que era más importante en ese momento. No
llegó desde comienzos de siglo hasta ahora, luchando contra el alcoholismo y el
tabaquismo. Lo hizo en una época donde el alcoholismo realmente producía
estragos en el seno de la clase trabajadora; en otra época trabajó para las
costureras; en otra época, bajo la dictadura genocida, trabajó por los derechos
humanos, después trabajó por la unidad del socialismo. En fin, siempre
jerarquizó correctamente qué era lo más importante de cada tiempo y esto a una
vida le da raíces en la realidad, permite que esa vida florezca y dé frutos. En
ese momento yo creo que muchas existencias al margen de lo que pasa, no
asumiendo el protagonismo en el combate contra el mal y en la construcción de
una alternativa mejor, lo que hacen significativamente, sino que sumergen su existencia
en la intrascendencia, en la cosa banal, en los valores del consumismo que
llevan a su total desnaturalización, porque la inmensa mayoría no puede
alcanzar los altos costos del consumismo, entonces se precipitan a las
sensaciones primarias de la droga, de la violencia, de la patología de lo
erótico. Ello culmina en la multiplicación de los males sociales
contemporáneos, como el Sida, la drogadicción, la delincuencia juvenil, que
demandarán décadas para ser subsanadas y superadas; entonces cada día que dure
este modelo promotor de esta bomba neurótica en esta sociedad, son muchos
meses, quizás años de trabajo, para volver a retrotraernos y superar esos efectos.
Si tenemos responsabilidad por nuestra juventud, por nuestros hijos, no la
agotamos con hacerlos vacunar o con que hagan los deberes, sino en luchar por
una sociedad diferente.
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