Les
acercamos el documento elaborado por lxs compañerxs de la Agrupación
JUSTO, de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, sobre la
temática en cuestión. El mismo pretende ser un aporte más, en esta idea
de poner en crisis el actual modelo productivo que tiene nuestro país,
los intereses que lo sustentan, y las consecuencias sociales,
económicas, de salud, y así también el andamiaje jurídico legal sobre el
que hoy se encuentra enmarcado. Aquí va.
¿Qué
son los agrotóxicos?
Según
la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América
Latina, los agrotóxicos son “el amplio conjunto de sustancias
tóxicas que se utilizan para combatir o prevenir los ataques de
plagas en la agricultura y para eliminar toda vegetación ajena al
cultivo”.
¿Qué
son los agronegocios?
Los
agronegocios fueron definidos en su aspecto objetivo por John Davis y
Ray Goldberg en 1957, como el conjunto de operaciones involucradas en
la producción, distribución y comercialización de productos
agrarios a escala mundial. Desde un enfoque subjetivista, se incluyó
además a los sujetos involucrados en los agribusiness. De este modo,
se consideró a los mismos como un sistema que agrupa a todos los
participantes de la producción, procesamiento y comercialización de
cualquier producto agrícola-ganadero. Esta visión implica tener en
cuenta tanto a los actores como a los procesos, logrando así
identificar las lógicas de poder dentro del sistema y sacar a luz
los responsables de sus consecuencias.
¿Qué
es Monsanto?
"Alimento,
Salud, Esperanza" es el lema de Monsanto, una compañía que
tiene más de 110 años de existencia y actualmente está presente en
más de 100 países. Se presenta a sí misma como una empresa que
busca satisfacer la creciente necesidad mundial de alimentos y
fibras, conservar los recursos naturales y proteger el medio
ambiente. Sin embargo, allí donde Monsanto se encuentra presente,
sólo se vislumbra muerte, privatización de tierras, asesinatos y
amenazas campesinos, contaminación, enfermedad y destrucción del
medio ambiente.
La
Compañía Monsanto fue fundada en Saint Louis, Missouri, USA, en el
año 1901 por John Francis Queeny. En un principio se dedicó a la
fabricación de sacarina, que vendía a Coca-Cola. En 1935 compra
Swann Chemical Company, que ya fabricaba los PCB, y además entra en
el mercado de plásticos. Es a mediados de la década del ‘70
cuando comienza a comercializar el herbicida Roundup, que pasaría a
convertirse en el herbicida más vendido del mundo. En 1981
estableció como foco de investigación estratégico la
biotecnología. Casi quince años después, varios de sus productos
genéticamente modificados son aprobados para su comercialización,
entre ellos, la soja Roundup Ready, resistente al glifosato.
En
el año 2002, Monsanto se separa de Pharmacia & Upjohn y pasa a
ser un compañía que se dedica exclusivamente a la agricultura. A
partir de ese momento, se concentra en la investigación, desarrollo,
y producción de herbicidas, semillas, y productos biotecnológicos.
Monsanto
ha ganado casi el monopolio del mercado de ingeniería genética
mediante la eliminación de la competencia a través de la
adquisición de empresas, las patentes sobre su tecnología de
ingeniería genética y el empleo de una estrategia agresiva de
maximización de las ganancias por la cual elimina variedades de
semillas accesibles y promueve nuevas variedades aumentando el precio
de las más antiguas. Estas versiones más nuevas requieren un uso
adicional de productos fabricados por la misma empresa.
Hoy
en día Monsanto es la mayor empresa semillera del mundo,
proporcionando la tecnología para el 90% de los cultivos
transgénicos de todo el mundo.
¿Qué
es el glifosato?
El
glifosato es un herbicida no selectivo –así denominado aquellos
que eliminan las hierbas indeseadas respetando el cultivo indicado–
de amplio espectro; desarrollado para eliminación de hierbas y de
arbustos, en especial los perennes. Se puede aplicar a las hojas,
inyectarse a troncos y tallos, o asperjarse a tocones como herbicida
forestal. Es soluble en agua, absorbido por las hojas y transportado
a todas las partes de la planta, incluyendo las raíces. Por lo
tanto, es capaz de matar incluso a plantas de raíces profundas, a
diferencia de otros productos que afectan solamente la parte foliar
de la planta por encima del suelo. El glifosato actúa en todas las
especies vegetales inhibiendo la actividad de las enzimas que
sintetizan los aminoácidos aromáticos. Estos aminoácidos son
necesarios en la fotosíntesis y por ello las plantas al no poder
sintetizarlos mueren o frenan considerablemente su crecimiento.
“La
naturaleza herbicida de la molécula de glifosato fue descubierta por
un empleado de Monsanto en 1970. Monsanto introdujo el primer
producto comercial de Roundup, que utiliza el glifosato como
ingrediente activo, en 1974”, afirma el informe “Herbicide
tolerance and GM crops. Why the world should be Ready to Round Up
glyphosate”, de Greenpeace International. Monsanto es también el
principal productor de semillas genéticamente modificadas (GM,
también denominadas transgénicas), resistentes al glifosato. Es
decir: produce tanto el herbicida como la semilla resistente al
mismo. Según el informe ya citado, “la tolerancia al glifosato de
estos cultivos conduce consecuentemente a un uso generalizado de
productos a base de glifosato, por lo que la estrecha correlación
entre cultivo y herbicida es un importante motivo de preocupación”.
5
PILARES
Agrotóxicos
y Salud
Los
efectos en la salud humana vinculados al glifosato y sus derivados
pueden ser de la más diversa variedad.
El
informe citado anteriormente expresa la preocupación de que “los
defectos congénitos experimentados por mujeres en Argentina y
Paraguay puedan ser consecuencia de su exposición al glifosato
utilizado en cultivos de soja y arroz GM”. En un artículo escrito
por Jorge Kaczewer se afirma que “los herbicidas en base a
glifosato pueden ser altamente tóxicos para animales y humanos.
Estudios de toxicidad revelaron efectos adversos en todas las […]
pruebas toxicológicas de laboratorio, en la mayoría de las dosis
ensayadas: toxicidad subaguda (lesiones en glándulas salivales),
toxicidad crónica (inflamación gástrica), daños genéticos (en
células sanguíneas humanas), trastornos reproductivos (recuento
espermático disminuido en ratas; aumento de la frecuencia de
anomalías espermáticas en conejos), y carcinogénesis (aumento de
la frecuencia de tumores hepáticos en ratas macho y de cáncer
tiroideo en hembras)”.
Es
importante resaltar que los más afectados son los campesinos, los
pueblos originarios y los trabajadores rurales, por habitar zonas
fumigadas y establecer contacto directo con la sustancia, además de
alimentarse de los recursos de zonas afectadas.
Revelar
los impactos del glifosato en la salud presenta cierta complejidad a
causa de la presión económica ejercida por los beneficiarios de su
producción y distribución, que financian campañas de desprestigio
contra aquellos científicos comprometidos con la verdad detrás de
los agronegocios.
Agrotóxicos
y Medio Ambiente
Estos
productos, al ser sustancias tóxicas con poder biocida, generan
impactos ambientales negativos, como la contaminación del agua,
suelo y aire. Podemos afirmar que, directa o indirectamente, todos
los seres vivos se ven afectados por el uso de estas sustancias.
Cuando
el glifosato es aplicado, parte queda retenido en el suelo (al que
ingresa directamente o a través de las raíces de las plantas que lo
han absorbido), pudiéndose filtrar hasta las aguas subterráneas;
otra parte en el follaje; casi la mitad es exportada a la atmósfera
y casi un tercio llega al suelo. Según el informe de Greenpeace, “el
glifosato tiene un impacto en las fusiones clave de la rizósfera
(esto es, la parte del suelo inmediata a las raíces). Estos
incluyen:
* Reducción
en la absorción de micronutrientes esenciales para los cultivos.
* Reducción
en la fijación de nitrógeno, resultando en una disminución de los
rendimientos.
* Incremento
en la vulnerabilidad hacia enfermedades de plantas”.
Y
continúa: “Tales cambios pueden tener un impacto directo en la
salud y el rendimiento de los cultivos. Las enfermedades de las
plantas […] son promovidas por los cambios que provoca el glifosato
en la biología y química del suelo. Estos impactos son preocupantes
para los agricultores y ambientalistas y precisan ser abordados con
urgencia”.
Por
último y con respecto a la biodiversidad, dice: “El glifosato
puede impactar sobre la biodiversidad de maneras diferentes y puede
tener efectos negativos a corto y largo plazo, así como también
efectos directos e indirectos”. El impacto del glifosato sobre la
biodiversidad debe tenerse en cuenta con urgencia, ya que es evidente
su nocividad para las especies que habitan los ecosistemas donde es
aplicado.
Agrotóxicos
y Economía
Se
sabe que la economía de nuestro país depende directamente de la
agricultura como uno de sus pilares fundamentales. Desde el ascenso
del kirchnerismo al gobierno, el aumento internacional del precio de
la soja –entre otros productos del sector–, ha impulsado la
profundización de un modelo de producción agrícola-industrial. Los
efectos nocivos detallados anteriormente se suman a la imposibilidad
de lograr una economía regional y sustentable, independiente de las
empresas multinacionales, capaz de satisfacer nuestras propias
necesidades sin riesgos para la salud y el medio ambiente.
Este
modelo productivo, fuertemente monocultivista, reduce nuestra
economía a la exportación internacional de soja, nos genera una
dependencia al glifosato y a las semillas transgénicas, lo que
significa una dependencia a Monsanto.
Como
consecuencia de la expansión de la frontera agropecuaria a causa de
la sojización, muchas familias campesinas, indígenas y pequeños
productores, generalmente sin títulos de propiedad pero que han
trabajado y cuidado la tierra –su tierra–, durante décadas, han
sido desplazados de ella por agentes inmobiliarios que tranzan con
jueces y funcionarios públicos, quienes sólo ven la tierra como un
recurso sometido a las leyes de la oferta y la demanda.
Correlato
de esta problemática es la militarización del campo debido a las
resistencias indígenas y campesinas, que son masacradas impunemente
por las empresas que los quieren desplazar. Una vez implantado el
cultivo de soja, comienzan las fumigaciones, realizadas por avionetas
que rocían tanto cultivos como poblaciones. También se utilizan
equipos de fumigación terrestre, no siempre en las condiciones
adecuadas, lo que habilita que el viento u otro factor climático lo
trasladen a zonas limitadas con cultivos. Por este motivo,
actualmente se impulsan en diversas localidades y también a nivel
nacional proyectos regulatorios que limiten las fumigaciones en zonas
pobladas.
El
artículo titulado “El monocultivo de soja en Argentina: margo
general y algunos casos”, expresa que “las comunidades cercanas a
los cultivos sufren distintas afecciones (respiratorias, en la piel,
gastrointestinales) debidas a los agrotóxicos. Para estas
comunidades es muy difícil seguir produciendo en estas condiciones
ya que los venenos matan todos los cultivos de las familias
campesinas e indígenas (maíz, zapallo, algodón, sandía, melón,
calabaza, etc.), producen abortos, malformaciones y muertes de sus
animales y contaminan el agua de represas y aljibes (para consumo de
los animales y de las familias). Todo esto ha provocado una
disminución en la productividad de los predios campesinos y la
paulatina pérdida de la soberanía alimentaria de esas comunidades”.
Agrotóxicos
y Estado
Darío
Aranda nos cuenta como ingresa la soja transgénica en Argentina: “En
1996, el gobierno argentino aprobó la soja RR transgénica
resistente al herbicida Raun-Up Ready. Con la firma del entonces
secretario de Agricultura, Felipe Solá, la resolución 167 tuvo luz
verde en un trámite exprés: sólo 81 días, y en base a estudios
realizados por la propia empresa Monsanto. El expediente, de 146
páginas, carece de estudios sobre efectos en humanos y ambiente, y
–sobre todo– el Estado argentino no realizó investigaciones
propias sobre los posibles efectos del nuevo cultivo, se limitó a
tomar como propios los informes presentados por la parte interesada
(Monsanto)”. Desde ese momento, se han aprobado cuatro eventos
transgénicos de soja, veinte de maíz y tres de algodón para la
siembra, consumo y comercialización.
Agrega
Aranda: “En 1996 la soja ocupaba en Argentina 6,6 millones de
hectáreas. En el 2000 ya llegaba a 10,6 millones. En 2011 llegó a
19,8 millones de hectáreas, a un promedio de expansión de 800 mil
hectáreas por año. Representa el 56 por ciento de la tierra
cultivada del país”. Por su parte, escriben Jorge Rulli y
Maximiliano Mendoza en un artículo para www.rebelion.org: “La
consolidación de un modelo de desarrollo extractivo,
agro-minero-exportador, productor de materias primas, destinadas a
satisfacer la demanda de los mercados globales, parece ser el
objetivo final de todos los planes estratégicos diseñados por el
Estado Nacional”.
En
septiembre de 2011, la Presidenta presentó el Plan Estratégico
Agroalimentario (PEA), con objetivos cuantitativos a alcanzar en
2020. Algunos de los objetivos principales de este plan son:
incrementar la superficie sembrada con granos en un 27%, (es decir,
aumentar la superficie actual de 33 millones de has. a 42 millones de
has.), elevar la producción de soja GM en un 20% (aumentar la
superficie actual de casi 20 millones de has. a más de 22 ó 23
millones de has.) y elevar la producción de maíz GM en un 56%
(aumentar la superficie actual de 3,7 millones de has. a 5,7 millones
de has.), entre otros objetivos.
En
junio de 2012 la Presidenta anunció que Monsanto invertiría casi
2000 millones de pesos para la construcción de dos “centros de
investigación y desarrollo” en la localidad de Islas Malvinas
(Córdoba) y en Tucumán; el lanzamiento comercial de la nueva soja
“Intacta RR2 Pro” –que agrega mayor resistencia al glifosato y
repelencia a lepidópteros–; la aplicación de nuevas tecnologías
aplicadas al maíz transgénico para incrementar su productividad; el
futuro “respeto por las patentes” sobre las modificaciones
genéticas de Monsanto –que posiblemente se traduzca en un nuevo
esquema legal sobre las semillas con el fin de asegurar su
tributación por parte de los productores–; la importancia de las
inversiones de dicha empresa en el marco de los objetivos del Plan
Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial.
Los
principales partidos políticos de la Argentina parten del acuerdo
tácito de no discutir el modelo de desarrollo en vigencia,
especialmente en lo que concierne al modelo sojero.
Agrotóxicos
y Derecho
El
derecho a una vida digna, a la salud y a un ambiente sano tiene
especial protección en numerosos tratados, conferencias y demás
declaraciones internacionales que forman parte de nuestro sistema
jurídico. Asimismo, la Reforma de la Constitución Nacional en el
año 1994, consagró en su art. 41 el derecho-deber de todos los
habitantes de la nación, a gozar del derecho a un ambiente sano,
equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las
actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin
comprometer las de las generaciones futuras y con el deber de
preservarlo. Este artículo fundante tiene su correlato en la Ley
General del Ambiente N° 25.675, donde se consagran dos principios
fundamentales en materia de Derecho Ambiental:
1. El
principio de prevención, según el cual “las causas y las fuentes
de los problemas ambientales se atenderán en forma prioritaria e
integrada, tratando de prevenir los efectos negativos que sobre el
ambiente se pueden producir”.
2. El
principio de precaución, que establece que “cuando haya peligro de
daño grave o irreversible la ausencia de información o certeza
científica no deberá utilizarse como razón para postergar la
adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para
impedir la degradación del medio ambiente”). De este modo, se
privilegia la protección del ambiente y de los seres humanos ante la
duda o incerteza científica.
Entre
las regulaciones legales en torno a la temática, podemos nombrar:
* Ley
de Residuos Peligrosos N° 24.051.
* Resolución
147/ del Defensor del Pueblo. Recomendación del Defensor del Pueblo
al Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
Plantea modificar la clasificación de los agroquímicos en la
Argentina, para evitar que aparezcan con una categorización benigna
pesticidas y herbicidas como los usados por el modelo sojero, que en
realidad son contaminantes y hasta letales para el ser humano.
* Resolución
276/10 del Ministerio de Salud de la Nación. Crea el Programa de
Prevención y Control de Intoxicación por Plaguicidas e instruye
para que todos los centros de salud cuenten con un registro de los
casos de personas con sintomatología asimilable a la exposición a
agrotóxicos. La justicia se halla impedida de encontrar en sus
investigaciones, evidencias sanitarias de los efectos, precisamente
por no existir datos epidemiológicos en los centros de salud.
* Ley
Provincial N° 11.273.
* Ley
Provincial N° 11.354.
JUSTO
Proyecto
Participación Activa
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