jueves, 1 de mayo de 2008

Feliz Día Jovenes Trabajadores

Si estas dentro del 73 por ciento de jóvenes y adolescentes argentinos ocupados, porque el 27 por ciento restante esta fuera del mundo del trabajo. Si tenés un buen trabajo, bien remunerado, en blanco, con cobertura social y provisional, ¡lo celebramos!, porque la mayoría consigue empleos precarios, inestables, con un sueldo promedio de 300 pesos mensuales y en negro.

La realidad del mundo del trabajo en nuestro país se nos presenta como un cóctel de precariedad, inseguridad e inestabilidad, la cual las y los jóvenes debemos tragarnos sin objeción.

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Argentina es el segundo país de América Latina con más desocupación entre las y los jóvenes de 15 a 24 años. Tener el segundo porcentaje más alto de desempleo juvenil (30.9) significa que uno de cada tres jóvenes argentinos no tiene trabajo. Lo cierto es que, nuestra tasa de desempleo juvenil esta muy por encima del promedio latinoamericano (22.4).

La exclusión de las y los jóvenes del mundo del trabajo se profundizó en la década del 90. Según la OIT, en 1990 la Argentina tenía un 14 por ciento de desempleo juvenil. En el año 2003 llegó a su record, con el 35.3 por ciento. Si bien con la recuperación económica, a partir del 2003, se observa un descenso, todavía se duplica la tasa de principios de los años 90’.

Más de dos años con crecimiento económico sostenido superior al 9 por ciento anual, y el 50 por ciento de las y los jóvenes y adolescentes de entre 14 y 24 años son pobres y el 17 por ciento es indigente, cifras que alertan de la urgencia de tomar como prioridad en los programas de gobierno estas cuestiones. Es el entorno social, económico y cultural quien define tanto nuestras actitudes como nuestras posibilidades reales.

El elevado índice de desempleo juvenil, constituye un problema socio-laboral que se advierte tanto en el contexto de economías en desarrollo, como en las desarrolladas. En ambos casos, los jóvenes desempleados constituyen uno de los principales grupos explicativos del desempleo global.

Las generaciones más jóvenes soportamos la mayor parte de la carga de la crisis; ya se la analice desde las tasas de desempleo, subempleo o precarización laboral. Y simultáneamente somos los jóvenes quienes tenemos un peso estratégico mayor a la hora de pensar en proyectos de país a mediano y largo plazo. Nuestra situación debe tener prioridad en los programas de gobierno, ya que no habrá país productivo sin individuos formados, libres y creativos. No existe autodeterminación posible sin individuos llenos de energía y dispuestos a creer en que un futuro mejor es posible.

Son innumerables las posibilidades que tiene el Estado para descomprimir la grave situación de exclusión que vivimos los jóvenes. Un ejemplo cercano en nuestra provincia, es el trabajo realizado por la Municipalidad de Rosario, que, dentro de la Secretaría de Promoción Social, cuenta con un área encargada de abordar la temática de igualdad de oportunidades para los jóvenes de la ciudad, en la que se destacan: el “Centro de la Juventud”, el “Programa Joven de Inclusión Socioeducativa” y el “Presupuesto Participativo Joven”, entre otros.

Nuestra idea es edificar un país productivo desde los jóvenes. Pero la reconstrucción de lo social, con políticas públicas específicas, requiere la creación de recursos humanos (trabajadores calificados, técnicos capacitados, empresarios nacionales) con capacidad de llevar adelante esos emprendimientos. Desde este lugar, apostamos a generar un estado de discusión abarcativo de estas problemáticas. Es tiempo de ser creativos, y para ello necesitamos pensar nuestro país con cabeza propia.

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